Baja la aguja del tocadiscos, y comienza a soñar.
Yo siempre les digo a las chicas que no se preocupen, lo importante es no preocuparse, no tomarse nada en serio. Y si se sienten solas... siempre pueden ir a la tienda de discos a visitar a sus amigos.
Gafas de sol violetas, pelo rizado, y abrigo de piel. Lo puedes tener todo, pero siempre, siempre, te las apañarás para desear algo más. Siempre. Porque nos ponemos metas. No soy la más inidicada para decir esto (una aspirante a estrella de Rock pasando por groupie), pero habría que encontrar la manera de evitar ponernos metas. Quizás así seríamos felices de verdad, si es que la felicidad existe.
Bailar antes de un concierto en la pista que en pocas horas se llenará de gente, sin que nadie te vea, y rodeada de rosas.
Pero siempre, siempre, mirando hacia delante, tras las gafas redondas y de color violeta. No digas si no puedes el nombre de la novia de tu amado, y usa a periodistas jóvenes como excusa para acercarte a éste. ¿Lágrimas entre risas? Agárrame, pequeña bailarina, y captura todos estos momentos con una cámara Polaroid. Porque puede que el pequeño periodista se enamore de ti, y quiera irse a Marruecos contigo, pero ese camino debes recorrerlo tú sola, mientras tu amado es portada de la Rolling.
Y tu meta es divertirte, sí, divertirte. No te importa lo demás, tú sólo quieres pasarlo bien, y estar con la gente que amas. Con la banda que amas, escuchando las canciones que tanto amas salir directamente de sus bocas y sus guitarras. Inspirar su música, y hacer rabiar a Miss Pamela.
A lo mejor, Penny Lane y Miss Layla no son tan diferentes.
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