No me preocupa que las tupidas nubes no me dejen sentir en mi cara los cálidos rayos de sol. Porque hoy veo brillar el mundo. Hoy te quiero, mañana también, pero pasado mañana ya no te querré. Y te volveré a querer.
Pero no dejaré, no permitiré y no quiero, que seas tú quien decida si los días me sonríen o se muestran grises. Yo controlo el tiempo que pasa tan rápido como el agua cristalina que fluye por el río en el que me veo reflejada tal y como soy cuando me miro. Son tan pocos los años, pero tantos los días.
Y te compondré una canción preciosa, que hable de ti y del tiempo en el que todo era precioso cuando nada era verdad y todo estaba en mi cabeza. Le pondré un nombre bonito que nada tenga que ver con el tuyo.
Pero ahora sólo quiero bailar en Marte con Marc Bolan y Ziggy Stardust, alejarme de la realidad que no tiene nada que ofrecerme de momento. Salvo las puestas de sol y los amaneceres que todos vemos, estemos donde estemos, seamos como seamos, vistamos como vistamos, amemos a quien amemos. Todos vemos el mismo sol, la misma luna, y algunos miran desde arriba junto a las estrellas, donde las nubes no alcanzan.
No quiero amor, no quiero amor. No quiero que me feliciten la Navidad. Lo hagan o no, la luz del sol seguirá brillando igual.
Quiero versos de las groupies de los poetas, y películas extrañas. Quiero decirle a ella, que en ser perfecta nadie la gana. Decirle que puede salir de sus 80, y venir al presente. Dejar a un lado a los Rodríguez, a los Ronaldos y a Tequila para ver que aun hay esperanza. La chica de Sabina. No llores más, y dejaré de hacerlo yo.
Y esta vez, dando la bienvenida al frío invierno, he visto un tímido rayo de sol escaparme de entre sus grises compañeras llamadas nubes que lo tenían aprisionado. Me he dicho a mi misma "Hoy es un nuevo día que mañana tendré que tirar a la basura junto con los demás días pasados."
Intentar vivir el presente y que te descuides un momento, y el presente se vuelva pasado, y tú te vuelvas pasado con él. Madrid está lejos, y yo no hago más que alejarme de ella. Pero Madrid siempre ha estado conmigo.
No en todos mis inviernos nieva.
La revolución empieza en Madrid, Algeciras, Vigo, Alicante. Y Pontevedra.
Pero ahora sólo quiero bailar en Marte con Marc Bolan y Ziggy Stardust, alejarme de la realidad que no tiene nada que ofrecerme de momento. Salvo las puestas de sol y los amaneceres que todos vemos, estemos donde estemos, seamos como seamos, vistamos como vistamos, amemos a quien amemos. Todos vemos el mismo sol, la misma luna, y algunos miran desde arriba junto a las estrellas, donde las nubes no alcanzan.
No quiero amor, no quiero amor. No quiero que me feliciten la Navidad. Lo hagan o no, la luz del sol seguirá brillando igual.
Quiero versos de las groupies de los poetas, y películas extrañas. Quiero decirle a ella, que en ser perfecta nadie la gana. Decirle que puede salir de sus 80, y venir al presente. Dejar a un lado a los Rodríguez, a los Ronaldos y a Tequila para ver que aun hay esperanza. La chica de Sabina. No llores más, y dejaré de hacerlo yo.
Y esta vez, dando la bienvenida al frío invierno, he visto un tímido rayo de sol escaparme de entre sus grises compañeras llamadas nubes que lo tenían aprisionado. Me he dicho a mi misma "Hoy es un nuevo día que mañana tendré que tirar a la basura junto con los demás días pasados."
Intentar vivir el presente y que te descuides un momento, y el presente se vuelva pasado, y tú te vuelvas pasado con él. Madrid está lejos, y yo no hago más que alejarme de ella. Pero Madrid siempre ha estado conmigo.
No en todos mis inviernos nieva.
La revolución empieza en Madrid, Algeciras, Vigo, Alicante. Y Pontevedra.
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